 |
| Presidente Morsi de Egipto |
Hace 2 años por esta época, comenté sobre el vertiginoso avance de la primavera
árabe y de como Egipto siendo el pivote geopolítico del medio oriente,
peligraba en continuar suministrando estabilidad a la zona por su nueva
reorientación política, considerada antes de la revolución como totalmente
laical y de férrea disciplina conservadora, transformándose a partir de los
sucesos de la plaza Tahrir en algún tipo de teocracia radical con el movimiento
de los hermanos musulmanes a la cabeza.
Ante esta posibilidad social, que con el transcurrir de los
meses se transformó en una cruda realidad, se inhibieron de manifestarse en
clara oposición los gobiernos de Israel y los Estados Unidos, primeros
afectados con el extremismo musulmán que se podía instalar en el Cairo como
resultado de las reformas, y de sucesos como la toma de la embajada israelí evidenciaron
sin objeción.
Cuando estos cambios se comenzaron a constatar se reflejó una
ingenuidad sin precedentes de conceptos entre los analistas y expertos en
inteligencia militar, pues las cancillerías
de ambos gobiernos respaldaron las protestas y avalaron los cambios incluyendo
la destitución y posterior juicio y condena del otrora aliado, presidente Hosni
Mubarak.
Ahora ante la nueva posición de exteriores anunciada por el recién
electo presidente egipcio Mohamed Morsi en la que se incluye retomar y mejorar
las deterioradas relaciones con la republica teocrática de Irán enemigo acérrimo
de Israel, además del reciente pulso político con manifestaciones de intensa violencia
entre las fuerzas de izquierda y los hermanos musulmanes que son las 2 vertientes
políticas que más seguidores ostentan; resulta inexplicable como los analistas
militares y los expertos en geopolítica no pudieron vaticinar que estos cambios
solo traerían desequilibrio político al interior del país de los faraones, como resultado del precipitado cambio en la
conducción de la nación milenaria, acelerando un cambio de orientación hacia el
tradicionalismo musulmán opuesto a la línea política de Estados Unidos y sus aliados, lo que también posibilitaba la
perdida de seguridad para la navegación occidental a través del canal de Suez, aparte
de mucha inestabilidad en todo el mediterráneo oriental.
Por todo esto se concluye que aun hasta los poderosos equipos
de asesores e investigadores, que recomiendan y advierten a los gobiernos en
cualquier lugar del mundo pueden cometer equivocaciones de interpretación y de apreciación
descomunales aportando errores de criterio a los gobiernos que aconsejan.
En nuestro país ha sido muy célebre el error de juicio y
prudencia observado por el equipo de relaciones exteriores que defendía los
derechos marítimos y territoriales del país en las aguas del mar caribe, ante
los reclamos establecidos por el gobierno de Nicaragua presentados delante de
la corte internacional de la Haya; este equipo de juristas e internacionalistas
no pudieron intuir que en este caso como en muchos otros en donde entran en
juego derechos mineros de gran envergadura, el lobby es mejor herramienta que el derecho internacional, ingenuamente no
advirtieron como las multinacionales petroleras de Europa y Norteamérica destinaron
sus esfuerzos económicos para conseguir un fallo favorable a sus intereses
industriales, al favorecer a Nicaragua, nación con la que resultaría más
sencillo negociar e incluso incitar a prevaricar a funcionarios de esta muy
pobre nación para obtener contratos con beneficios a favor de algunas de las
empresas de este exclusivo club.
Como con mis opiniones sobre Egipto escritas hace 2 años,
considero que el tiempo y el nombre de las empresas petroleras que explorarán y
luego extraerán el petróleo y el gas natural existente en el subsuelo marino,
sustentaran o descartaran mis hipótesis; pero a riego de parecer soberbio
intuyo que la Shell y la BP o empresas subsidiarias de estos 2 gigantes
encabezarán la lista de beneficiados con los contratos exploratorios, así que
en unos meses que ya esté claro este panorama prometo volver a tratar el tema.
Prosiguiendo con los comentarios sobre los desaciertos de
comprensión, resulta evidente el profundo error y el escaso discernimiento con
el que el ejecutivo español ha encarado la profunda crisis de empleo y la consiguiente instauración de políticas económicas
para paliar sus problemas fiscales, decisiones necesariamente basadas en el
estudio y apreciación de las recomendaciones y dictámenes de Bruselas y de
Berlín. Con casi 6 millones de
desempleados Rajoy buscó sin dirección y con amargo desespero el concurso alemán
para dinamizar el consumo interno de la eurozona, pero Ángela Merkel en medio
de la reciente reunión en Santiago de Chile esbozó su renuencia a comprometer más
a Alemania forzando el consumo de productos originados en la Europa mediterránea,
y si en cambio le recomendó al presidente español aprovechar sus cercanías
históricas y políticas con latino América para mejorar sus exportaciones.
Se concluye que ha existido una irreflexión y un desacierto de los consejeros y analistas económicos
españoles, que estimulan al ejecutivo ibérico para implorar por más ayuda
teutona, dejando al presidente en una incómoda posición frente a la canciller
alemana.
En esta narración de acontecimientos en los que los estudios,
el análisis y la comprensión han resultado totalmente equivocados, podríamos con
seguridad relatar otros cientos de sucesos, pero mi intención no es buscar
otros hechos pormenorizados que
sustentan esta tesis, sino hacer hincapié en cómo hasta los eruditos y especialistas
se equivocan; y que en muchos de nuestros eventos personales se requiere de minucioso
estudio para así en consecuencia tomar el mejor juicio, no está por demás
visualizar varias alternativas de solución o de realización antes de tomar una
determinación definitiva ahorrándonos con ello problemas insolubles o costosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario